"La vida más allá del olvido terrenal"

2022-10-10 09:33:45 By : Ms. Polinna Cheung

Nadie sabe qué hay después de la muerte, pero lo que casi todos esperan es que al morir, es recibir al menos cristiana sepultura y que sus restos descansen en un “pedazo de tierra”.

La realidad es que para algunas personas, su estilo de vida forma parte hasta en su última morada.

Mientras los cuerpos de muchos yacen sobre modestas tumbas o criptas de cemento y ladrillo, los restos de otros yacen en mausoleos.

Aunque sea difícil de creer, cuentan con sala, cuarto de descanso, parrilla, baño, Wi-Fi, aire acondicionado y hasta circuitos de seguridad.

Doroteo “N” recientemente edificó un mausoleo de lujo en un cementerio de esta ciudad.

Dice que la tumba que construyó era una residencia en pequeño.

“Llevó muchos acabados, metimos muchas molduras de madera fina y hasta de oro, sí, oro”, explica.

Doroteo recuerda que la tumba-residencia la construyeron en tres meses.

Y es que para construir una cripta así, es necesario tener dinero.

“No cualquier persona puede mandar edificar algo así hoy en día, con esta crisis”, comparte.

Entre mármol y cantera

En un recorrido realizado se confirmó que de los tres panteones municipales ubicados en la cabecera municipal, al menos en el panteón Jardín 4 se ubica la mayoría de los enormes mausoleos elaborados en mármol natural y negro, así como en cantera.

Las hay en modelos chinos y minimalistas.

“Son pocas las tumbas grandes aquí (panteón Jardín), pero las que hay son de familias pudientes”, detalla.

José Carlos Moreno Nájera, de la Marmolería Cristo Rey, expresa que el mármol se ha convertido en un material muy costoso y la gente lo sabe.

Comenta que los precios aumentan según el tamaño de la piedra.

Por ejemplo, en el caso de los jarrones, los hay desde 550 pesos, el chico, hasta $850 el grande, y una tumba lleva dos jarrones, precisa.

“La mayoría de la gente es de nivel medio a bajo, nos compran tumbas completas que van de los 8 mil 500 pesos de marmolina, con jarrones pequeños y libro pequeño, hasta los 65 mil pesos, por ejemplo, todo depende de cómo la quiera la persona”.

Don José Carlos reconoce que así como hay personas que tienen para pagar una última morada modesta y digna, en abonos, hay quienes pagan de contado y en enormes cantidades.

Es en las rancherías donde se adquieren las criptas más costosas, ya que tal pareciera que entre más grande sea la cripta, mayor prestigio otorga.

“Hemos hecho tumbas completamente de mármol natural que cuestan mucho, ésa es una realidad, la estética o la belleza de la tumba para su muertito, actualmente importa mucho y estamos para servirles”, afirma.

Crea Toribio figuras de mármol y marmolina

Desde hace más de cinco años, Toribio elabora figuras de mármol y marmolina para dar vida a hermosas criptas en los camposantos municipales y de rancherías.

No tiene una especialidad, pero sus preferidos son el Sagrado Corazón de Jesús, la Virgen de Guadalupe y angelitos de diferentes tamaños.

Sabe que su trabajo es muy especial, pues aunque parezca sencillo, crear obras como éstas, no es fácil.

“Le echamos todo el corazón a cada pieza que creamos, les ponemos una varillita en el centro para que no se rompan las piezas, me gusta mi trabajo”, dice.

Don Toribio, de oficio albañil, trabaja para la Marmolería Cristo Rey, ubicada a un costado del Panteón Tres, en la Colonia Esperanza.

Él explica que cada figura se funde en un molde y requiere mínimamente 24 horas para que seque a la perfección.

Una vez seca la pieza, lo que se hace es desmontar la pieza y se empieza a pulir, precisa.

“En el caso de los libros que se colocan sobre las criptas, los hay de diferentes tamaños y también requieren una varilla en el centro, ya que cuando se les graban las letras, si no se hace un buen trabajo, éstos se rompen”, añade.

Cada vez que don Toribio entra a un camposanto, aunque parezca increíble, puede identificar su trabajo.