¿Estás planeando una renovación integral de tu cuarto de baño? ¿Has decidido darle un cambio al espacio y tienes que elegir sanitarios nuevos? ¿O simplemente quieres sustituir tu viejo lavabo por otro más moderno? Sea como sea, hoy analizamos algunas de las claves que debes tener claras antes de elegir el lavabo adecuado.

Hace unos cuantos años (bastantes ya) los lavabos eran de porcelana blanca, y no había muchas más opciones para elegir. Sin embargo, el panorama ha cambiado totalmente y hoy día nos encontramos ante un amplio repertorio de ideas entre las que debemos seleccionar el lavabo que queremos.

Para empezar es importante tener claro qué material nos gusta para el lavabo, ya que este determinará en buena medida el resto de características como el color, el estilo y el diseño de la pieza.

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Son los más tradicionales puesto que este material se ha venido empleando para la fabricación de sanitarios desde hace muchísimo tiempo. Hoy la porcelana va recubierta con un esmalte transparente para protegerla de las manchas y de los efectos del uso cotidiano. Es lo que se conoce como porcelana vitrificada.

Este material es uno de los más prácticos y económicos a la hora de elegir un lavabo para el baño. Encontrarás modelos de diferentes estilos, desde los más retro hasta los más contemporáneos. También modelos de encastrar, de sobreponer, de pared, etc.

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Es uno de los materiales más empleados en la fabricación de lavabos, entre otros muchos usos. Se trata de un compuesto de partículas minerales (cuarzo, mármol, sílice, etc.) y resinas (acrílicas o de poliéster) que dan lugar a un material moldeable y versátil con el que se fabrican lavabos muy decorativos.

Además, es un material sólido, no poroso, fácil de reparar en caso de deterioro. Es resistente al agua, al calor, a los impactos, a las manchas, etc., por lo que resulta práctico y fácil de limpiar, ya que apenas necesita mantenimiento. Una opción muy interesante a la hora de elegir el lavabo.

Desde un punto de vista decorativo, los lavabos de solid surface hacen gala de una gran variedad de colores, texturas y acabados, lo que augura grandes posibilidades decorativas para tu baño.

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Elegir un lavabo de mármol para el cuarto de baño es toda una declaración de intenciones que apuesta por el glamour de un material natural de gran belleza. Hoy el mármol es tendencia en todas sus formas y en todo tipo de baños, desde los más clásicos hasta los de estilo moderno, industrial o minimalista, aunque el mármol blanco de vetas grises es uno de los favoritos.

Con este material es difícil equivocarse, aunque también tiene sus puntos débiles que hay que conocer y valorar antes de elegir. Aunque sus vetas naturales y únicas definen su carácter y lo convierten en una alternativa muy decorativa, también hemos de tener en cuenta que necesita un tratamiento que lo proteja de las manchas, para no echarlo a perder en poco tiempo. Consiste en aplicar un sellador que deberás renovar con cierta frecuencia. Por otro lado, también es importante tener en cuenta que el mármol es un material caro.

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Es una más de las muchas opciones que nos ofrece el mármol a la hora de elegirlo como revestimiento para el baño o como material para el lavabo. Se trata de una piedra natural muy especial, con un bello color crema tostado que resulta, además muy duradera.

A la hora de elegir el acabado existen diversas posibilidades, en bruto o pulido, que cambian su apariencia de forma radical. Si lo eliges con una apariencia irregular le darás a tu cuarto de baño un toque moderno que armoniza perfectamente con estilos más sobrios, como el industrial, por ejemplo.

Un consejo: como sucede con otros tipos de piedra natural, es necesario aplicar un tratamiento para sellar el poro del travertino y proporcionarle así mayor resistencia al agua y las manchas.

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Aunque es un material que no siempre se adapta al estilo de los cuartos de baño de hoy, resulta perfecto para determinados estilos decorativos. Es el caso, por ejemplo, de baños de estilo industrial, de líneas puras y materiales en bruto.

Entre sus ventajas destaca la resistencia, la solidez y durabilidad. Una vez tratado con un sellador que lo convierta en una superficie impermeable, estará preparado para soportar sin inmutarse las condiciones de uso más adversas.

Un consejo: igual que sucede con otro tipo de materiales es importante renovar de vez en cuando el tratamiento sellador para impermeabilizarlo y protegerlo adecuadamente.

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Son una alternativa muy interesante que encaja de maravilla en baños de determinados estilos. Pueden ser de acero inoxidable, de aluminio, latón e incluso cobre, aunque el primero es el metal más empleado para este uso por su resistencia y durabilidad.

Se trata de un material resistente que aporta un aire industrial al baño, al igual que ocurre en las cocinas donde se emplea para la encimera y el fregadero. No se raya fácilmente y se limpia fácilmente con agua y jabón, por lo que no requiere demasiado mantenimiento.

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Al margen del material que elijas para el lavabo de tu cuarto de baño, la forma en que lo vas a instalar determina directamente el estilo y el resultado final. En función del espacio disponible y de si se acompañan o no de un mueble en la parte inferior, puedes optar por lavabos suspendidos o murales (perfectos para baños reducidos) o de pedestal, encastrados en una encimera o de sobreponer, o de los que se integran en la encimera formando una sola pieza.

También existen lavabos de consola, que están a medio camino entre los lavabos de pared y los de pedestal. Se sostienen en una estructura metálica decorativa que aporta un aire muy original, ya sea de aire retro o contemporáneo. El lavabo, al margen de la estructura que lo sostiene, puede ser de porcelana, solid surface, etc.

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No hay una única respuesta válida a esta pregunta, sino que todo depende de las circunstancias de cada caso. Aunque los lavabos dobles son muy prácticos en determinadas situaciones, lo primero que debes preguntarte es si los necesitas realmente. Suelen ser recomendables en caso de baños que utilicen parejas o familias numerosas con varios niños.

Sin embargo, el primer requisito para plantearse la instalación de un lavabo doble o de dos lavabos es el espacio. Para que resulte funcional la distancia mínima que debe haber entre ambos lavabos es de 80 cm, midiendo desde el centro de cada uno de los lavabos. Si no cuentas con espacio suficiente lo mejor es elegir un solo lavabo amplio.

Un consejo: el efecto de simetría que proporcionan dos lavabos o un lavabo doble con dos senos resulta decorativo y aporta orden visual al espacio.

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