Estas ideas convierten un salón oscuro en uno luminoso - Foto 1

2022-10-10 15:12:39 By : Ms. Coral lau

Tras el confinamiento, la luz natural y contar con una terraza o al menos un balcón son los dos criterios que marcan la búsqueda de vivienda. Dado que el salón es la estancia principal y el centro de la vida familiar y social, con permiso de la cocina que tiene cada vez más protagonismo, es necesario que sea luminoso, ya que la falta de luz reduce nuestra energía y entristece nuestro ánimo. Por eso, si tiene orientación norte, da a un patio o no tiene ventana, estas ideas de decoración, con y sin reformas, harán que pase de oscuro a luminoso (casi) por arte de magia.

Aunque sea escasa. Si tienes un salón oscuro, lo primero que debes hacer es captar la luz natural por todos los medios. Para ello, en lugar de apostar por ventanas pequeñas, haz aperturas XXL con grandes ventanales o ventanas con apenas perfiles. Además, son una excelente manera de combatir la sensación de asfixia que a veces se tiene en las habitaciones orientadas al norte. Independientemente de la época del año en la que estemos, elige cortinas en telas ligeras y claras, de trama abierta, como lino o algodón, que permitan que pase la luz, pinta los marcos en blanco y comprueba el sorprendente efecto que produce y… ¡limpia los cristales a menudo! A veces la suciedad no nos deja ver el sol ni la casa del vecino.

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Una vez que hayas abierto el salón al exterior, prueba a colocar los muebles cerca de las ventanas o miradores. Esto no solo no bloqueará la luz natural, sino que te permitirá sentarte a la mesa o en el sofá mientras te beneficias del sol ¡y sin tener que encender la luz! Eso sí, procura que su respaldo no sea demasiado alto y que no haya árboles que impidan la entrada de los rayos solares.

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En salones oscuros tendrás que compensar la falta de luz natural con la artificial. Para ello, es conveniente multiplicar las fuentes de luz, en lugar de depender de una sola, que te permita modular la iluminación como te interese. Como iluminación general, opta por una lámpara de techo o focos empotrados  y compleméntala con apliques, lámparas de pie, de acento o de lectura. En definitiva, luces que puedes encender según tus necesidades y deseos. De manera que siempre puedes crear una atmósfera cálida y acogedora, aunque tu salón no reciba los agradables rayos solares. Otra buena idea es recurrir a luminarias orientables, que te permitan controlar la orientación y distribución de la luz y, así, aprovecharla mejor.

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Para evitar que tu salón oscuro u orientado al norte se convierta en una estancia fría y triste, no basta con invitar a la luz natural y multiplicar las fuentes de luz, es necesario elegir correctamente las bombillas. Aquellas con una temperatura de color baja (entre 2000 y 3300 grados Kelvin) que tienen un blanco cálido, casi amarillo, son perfectas para iluminar y calentar al mismo tiempo. Otra buena idea es convertir la chimenea en otro punto de luz más. Así durante el invierno, cuando hay menos horas de sol y más oscuridad será clave tanto para iluminar sutilmente como para hacer la estancia más acogedora y agradable.

Todo depende del efecto que quieras crear. Evidentemente un salón orientado al norte se beneficia del color blanco y del resto de tonos claros (beis, gris y azul cielo incluidos), ya que reflejan la luz. Aunque si además busca un plus de calidez, opta por tonalidades cálidas y alegres como el amarillo, el rosa, el morado (por algo el 'very peri' es el color Pantone 2022), e, incluso, el naranja. Sin embargo, ten cuidado de no sobrecargar la estancia, ya que tienden a reducir los volúmenes. Una buena idea es pintar la mayor parte con un tono claro pero cálido y hacer una pared de acento más oscura. Así jugarás con los contrastes y lograrás un plus de luminosidad. Apuesta preferentemente por pinturas mate que tienden a atraer la luz y dan un espíritu ‘cocooning’a tu interior. Respecto al techo, no hay dudas: siempre blanco.

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De la misma manera que abres el salón al exterior, debes abrirlo al resto de la casa. Para ello, piensa en hacer reforma, en tirar tabiques y en apostar por el ‘open concept’. De esta manera, la luz (poca o mucha) circula libremente y no se queda tras una pared. Pinta las puertas que quedan de blanco o sustitúyelas por tabiques de cristal. Salón, comedor y cocina en un espacio único es una de las señas de identidad de las viviendas actuales. ¡Pruébalo aunque tu piso sea de otro siglo!

Evidentemente rompemos una lanza a favor del parqué en maderas claras, medias y cálidas, como bambú, haya o abedul y colocado en perpendicular a la entrada de la luz porque con ellos siempre lograrás luminosidad y belleza. Otra opción que funciona son los pavimentos continuos y lisos como el microcemento, que actúan como un espejo o los suelos porcelánicos con aspecto de madera o mármol. También nos dejamos tentar por la moqueta (se llevan otra vez) en colores como beis o crema y en materiales suaves. Una alternativa intermedia que logra excelentes resultados es colocar una alfombra blanca que cree un brillante punto focal.

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Y necesarios. No se trata de apostar por el minimalismo, que también es una opción, sino de escoger la cantidad exacta de piezas que permitan diseñar un salón completo, pero poco abarrotado. Para ello, mejor las maderas claras y las fibras vegetales, un ‘must’ de temporada que permite que la luz se cuele por las rendijas y aportan una dosis extra de calidez. Una buena idea es introducir alguna pieza blanca o metálica que actúe como un brillante sol. Finalmente, recuerda mejor muebles bajos y de un tamaño que esté en consonancia con las dimensiones del salón que muchos demasiado pequeños.

Ten cuidado al elegir el sofá no tanto por su tamaño, que debe estar acorde con el espacio como por su color, ya que al ser la pieza principal necesitas que tenga luz y no oscurezca. Los blancos y  neutros como beis o gris son buenas opciones. Ojo con los estampados. Siempre pequeños y coordinados con las cortinas.

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Convierte a cojines, plaids y mantitas en ayudantes infalibles. Para ello, elígelos en tejidos iridiscentes como terciopelos o sedas y en colores brillantes o vitaminados, como naranjas o amarillos, que actúen como un rayo de sol en tu salón. Introduce en puntos estratégicos, como la chimenea, la mesa de centro o el alfeizar de la ventana, jarrones y adornos de cristal y comprueba cómo la luz pasa por ellos. Da una oportunidad a los detalles metálicos en forma de portavelas y ceniceros, pero también en piezas auxiliares como la mesita café. Y, por supuesto, no olvides los espejos. Aliados indiscutibles de los salones de pocos metros, aquí también desarrollan una función importante, ya que atrapan la luz y la llevan a todos los rincones.

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Aunque implica obras y puede ser algo tediosa, lo cierto es que una vez hecho el cerramiento, habrás ganado mucho más que luz natural. Esta reforma no solo amplía las dimensiones de tu salón sino que, además, es una manera de sacar partido a la terraza todo el año, lograr luminosidad para dentro de casa y dar vida y luz a tu interior. Aprovecha para colocar un rincón de lectura, el comedor o, incluso, un jardín interior con plantas exuberantes capaces de vivir dentro.

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